No es tarea fácil, reflejar con palabras el accionar de un hombre que construyó apelando a la imagen visual. Pero vale decir que – Domingo Sahda- no fue un plástico común, sino un hombre que provenía de una argamasa un tanto particular, la cual le permitió moverse con soltura en la crítica, la docencia, el arte, y su fugaz paso por un cargo público.